La semana pasada estuve en el 10º cumpleaños de Reyes, la mejor amiga de mi hija Daniela, y allí le hicieron una mesa fantástica llena de todo tipo de dulces y chucherías para los niños.

Es frecuente que en mi clínica los padres me pregunten por qué su hijo tiene caries. Hay padres que no se explican cómo un niño de 2 ó de 5 años puede tener caries. El motivo que se expone es que su hijo no come chucherías, y por lo tanto, si no come este tipo de comidas no puede tener caries.

¿Es verdad que si no se comen dulces no se puede tener caries?

No, es falso. En mi práctica diaria yo nunca elimino de la dieta de un niño los dulces, es imposible de llevar a cabo. Hay niños que tienen una alimentación muy cuidada respecto a la toma de dulces, o bien los hacen sus mamás las galletas y las magdalenas, y aun así tienen caries.

Todos comemos dulces, yo y mis hijos los primeros, bueno, los tomamos con mucha moderación.

¿Qué pasa entonces con las chucherías?

Las chucherías forman parte de la dieta de todos los niños. Todos toman más o menos. El hecho de no tomar nunca no va a hacer que no se tengan caries, y al contrario, el hecho de tomarlas no implica tener caries necesariamente.

¿Qué factores intervienen pues en la aparición de caries?

Yo creo que hay muchos, pero voy a escribir los más importantes desde mi punto de vista en la aparición de caries en niños:

1. Los alimentos que se toman. Aparte de las chucherías, todos comemos mil alimentos distintos al día. En niños yo he comprobado que es importante no sólo lo que se come, sino la cantidad de veces que se come. Todo alimento se deshace en la boca y forma ácidos en su descomposición: una manzana tiene sacarosa, un batido tiene fructosa, una gominola tiene sacarosa. Y cada alimento tiene una retención en la boca: los líquidos pasan muchos directamente a la garganta, las chucherías que son muy pegajosas se quedan literalmente pegadas en los dientes.

Los niños suelen picar muchas veces entre las comidas principales, con lo que el número de veces que tienen comida en la boca es mayor que en los adultos.

2. La limpieza de la boca: el objetivo de cepillarnos los dientes es eliminar los restos de alimentos que se quedan en los dientes. Si la técnica es correcta se hará bien, pero si solo paseamos el cepillo entre los dientes no lo conseguimos. Eso pasa muchas veces cuando dejamos que los niños se cepillen solos, que no lo hacen bien, y no sirve para nada.

3. Hay familias que siempre tienen caries y otras que nunca tienen, es una propensión natural y familiar a tener o no tener caries, generalmente de padres que han tenido caries, los hijos también tienen, y en estos casos es muy importante la prevención.

4. La caries es debida a la presencia de bacterias en la boca, principalmente S.Mutans, que siempre están presentes, todos tenemos bacterias en la boca.

5. No todos los dientes son igual de susceptibles a la caries: las superficies que mastican de las muelas, las uniones entre los molares y aquellos dientes superiores que están muy juntos tienen de forma natural mayor tendencia a tener caries que las superficies lisas.

6. La saliva también interviene en la propensión a tener caries: hay salivas que son más densas y otras más fluídas.

7. El hecho de tener en la boca durante mucho tiempo (sobre todo por la noche)algún resto  de comida o bebida es un campo de cultivo excelente para que las bacterias de la boca produzcan caries. Entre todos el líquido que con más frecuencia se queda por la noche es leche, que no olvidemos que es lactosa y glucosa.

8. El tiempo: piensen que todos los dientes salen sanos, la caries es una enfermedad de los dientes que hay en la boca, y que hace falta tiempo para que se produzcan, los dientes nunca salen con caries.

El objetivo en odontopediatría es poner los medios necesarios para prevenir las caries, el 80% de las caries se pueden prevenir. Así que, por favor, si ven que su hijo, aunque sea pequeño puede tener caries, no dude en acudir a su odontopediatra para tratarlo. Piensen siempre que es mejor cuanto antes, y así evitan tratamientos más largos y costosos.
Un saludo
Dra. Martínez León