Ningún padre quiere que su hijo tenga caries: suponen molestias, a veces dolor, visitas al dentista, tiempo y dinero.

La mayoría tenemos un cuidado especial para que en la siguiente visita el dentista nos diga que no hay caries. Aun así, es la causa más común de patología dental: «le he visto un hueco negro en la muela», «empezó por un punto pequeñito y se ha hecho más grande en dos meses», «tiene caries desde hace un año y ahora le está doliendo», «lleva desde hace dos días con dolor en la muela al comer».

En odontopediatría, el 80% de las caries se puede evitar, sí, he dicho bien, el 80% de las caries, efectuando visitas tempranas para ver el riesgo de caries, higiene, test salival, recomendaciones de flúor, etc, y todo en una sola visita.

Aquí pongo cuatro simples errores, que si se corrigen, pueden evitar que le salgan caries a tu hijo:

1. No empezar pronto con la prevención 

Muchos papás esperan hasta que el niño tiene 6 años para llevar por primera vez a su hijo al dentista. Esa es la edad en la que la seguridad social incluye el plan dental infantil. Has preguntado a tu pediatra y te ha dicho que tu hijo es muy pequeño para llevarlo y te has confiado.

Sin embargo, la verdad es que el cuidado dental tiene que empezar incluso antes de que empiecen a salir los dientes de leche.

Por ejemplo, se pueden usar dedales de goma para las encías después de las tomas en menores de 1 año, hay que practicar en cuanto salen los incisivos de arriba cómo limpiar bien.
Las recomendaciones europeas sobre flúor ya por fin han incluído el uso a partir de los 6 meses.

La primera cita debería contemplarse cuando sale el primer diente y siempre antes del año de edad. ¿Por qué? Para tener las pautas adecuadas para evitar caries.

2. Biberones para dormir 

Aunque el 80% de los papás saben que no es bueno darles un biberón de leche antes de dormir, es sorprendente la cantidad de papás que lo hacen. Posiblemente hay muchos niños que no han comido bien durante el día, y es la forma de darles los nutrientes que les hacen falta, a lo mejor ocurre también en niños malos comedores que se quedan con hambre tras la cena o bien porque los niños se han acostumbrado a dormirse con el biberón en la boca ya que les relaja.

El dejarles de forma diaria líquidos en la boca (cualquier líquido: leche, leche con cereales, zumos, etc…) durante la noche les da a las bacterias que tenemos en la boca el azúcar que necesitan para producir caries de forma muy rápida.

3. No usar el hilo dental

Muchos papás cepillan a sus hijos todos los días de una forma fantástica, lo hacen todos los días por las mañanas y por las noches. Pero piensan que es suficiente.

Está demostrado que un 43% de los niños en edad escolar nunca ha pasado el hilo dental, eso en EEUU, seguramente en España ese porcentaje será mucho más elevado.

El cepillado solo sólo alcanza 1/4 de la superficie del diente, y una gran cantidad de las caries en niños se encuentran en zonas en las que el cepillado no llega, o sea, entre dientes y entre muelas.

Es importante pasar la seda dental si hace falta desde los 3 años, para eso la odontopediatra en la visita que le corresponda tendrá que decirnos si es necesario o no.

El hilo dental es tarea de los papás, porque los niños no tienen la destreza suficiente para pasarlo. Los más mayorcitos pueden aprender la forma adecuada ellos solos en unas cuantas visitas.

4. Pensar que las bebidas en tetrabrick son mejores que el agua 

Todos los días les llevamos batidos o zumos al cole para el recreo. Todas las bebidas en brick tienen azúcar en su composición.

En vez de llevarles estas bebidas, ¿por qué no echarles en la mochila un botellín de agua? Yo ya lo he hecho con mis hijos y funciona igual de bien sin las calorías de los zumos o batidos.