Todos los días tenemos en la clínica niños que no han dejado tratarse la boca, de todas las edades, desde los 2 años hasta los adolescentes.
¿Por qué pasa esto?
A día de hoy hay múltiples causas por las que un niño no quiere que le toquen la boca, incluso aunque le duela, prefieren quedarse con el dolor que sentarse en el sillón de odontología.
Ya estamos en el sigo XXI, creo que el concepto de que «el dentista duele» o bien «le tiene pánico al dentista» está ya obsoleto y pasado de moda. No debería ser así, pero a día de hoy cada vez veo más niños que vienen asustados.
En los niños pequeños puede ser la causa que no saben qué se les va a hacer y temen que se les haga daño: como a cualquier persona, nadie quiere dolor o incomodidad.
En niños más mayores, sobre los 5-9 años la causa pueden ser experiencias previas que no les han gustado, no se les ha tratado nunca y temen el dolor, o bien que ese comportamiento desafiante lo realizan en otros sitios, no sólo en el odontopediatra.
En niños mayores y adolescentes son múltiples las causas, pero hablamos de otras edades en los que ellos pueden saber muy bien y comprender por qué hay que tratar la boca.
¿Qué se hace en estos casos?
Como ya he comentado muchas veces en este blog, cada caso es de una forma. Aquí a esta clínica llegan todos los días casos de los que expongo arriba, y cada niño lo trato de manera distinta. Muchísimas veces se puede conseguir que un comportamiento negativo se vuelva positivo haciéndo fácil lo que ellos piensan que es difícil. Qué mejor manera de quitar el miedo que haciéndolo con ellos. Qué contenta se va toda la familia cuando ellos dejan hacerlo bien y salen encantados.
Otras veces mi objetivo se plantea bajo sedación o bien anestesia general, y poder ofrecer el mejor tratamiento bucal en el niño.
Dra. Martínez León